En la recta final hacia la decisión definitiva, la política y la sociedad se preparan para una jornada clave en la que es Massa o Milei y el vacío de no sentirse representado por ninguno de los dos.
La sorpresa de la victoria de Unión por la Patria -cuando todo parecía indicar que La Libertad Avanza ganaba cómodo- en los comicios generales del 22 de octubre ya quedó atrás. El peronismo demostró, una vez más, que cuando se une es muy difícil doblegarlo. De hecho, Axel Kicillof obtuvo un contundente triunfo en la provincia de Buenos Aires para conseguir un segundo mandato, logro que le significó una suba de votos considerable a Sergio Massa para sus aspiraciones presidenciales.
Inmediatamente de conocerse los resultados, por el lado de los libertarios, Milei salió a buscar a los votantes de Patricia Bullrich y a quien defenestraba minutos antes terminó convirtiéndose en aliada junto “al ya aliado” Mauricio Macri. El discurso del “peluca” se fue deformando en post de mostrarse más al centro y no tan radicalmente derechizado, a sabiendas de que debe buscar consensos para sumar voluntades en noviembre.
Esta necesidad de unidad entre sectores de la derecha, provocó la ruptura de Juntos por el Cambio, sobre todo del sector del radicalismo, partido centenario el cual fue permanentemente atacado por Milei. Ni lentos ni perezosos, algunos representantes de la UCR se mostraron en un acto público apoyando al ministro de Economía.
Massa también hace lo suyo, con armas nobles y otras que no lo serían tanto. Desde la retórica continúa invitando a formar un gobierno de unidad, donde le hace guiños permanentes al interior del país, sobre todo a Córdoba, provincia hostil para el peronismo, en la que salió en cuarta posición. Pero también fue denunciado por protagonizar anuncios, prohibidos por la ley, antes de las elecciones generales en los que se busca ‘promover la captación del sufragio’.
Habrá que ver qué es lo que pasa con el votante de Juan Schiaretti, un antikirchnerista que, sin embargo, tiene un ojo puesto en el gobernador electo de Córdoba Martín Llaryora, quien con las promesas que hizo Massa para esa provincia podría llegar a ser no tan leal pensando en el futuro de su gobierno y desviar algunos votos hacia Unión por la Patria.
Otro punto clave es la cantidad de personas que, según las encuestas, no van a ir a votar o las que aún están indecisas. Por eso será determinante como salgan parados del Debate Presidencial los candidatos este domingo 12 de noviembre, porque una semana después tenemos que ir a las urnas con el sufragio ya pensado.
Por otro lado, en esta semana se conocieron datos de algunas encuestadoras en las que, la mayoría, dan ganador a Milei y alguna que otra lo posiciona primero a Massa. Como folcklore electoral es divertido y sirve para hablar unos días, sin embargo, la veracidad de las mismas tiene fecha de vencimiento y es a las 21hs del 19N.
De todos modos, gane quien gane, debemos estar preparados (aunque creo que después de tantos años de decadencia ya lo estamos) para esperar una situación económica y social muy complicada. Y dependiendo del resultado electoral, se pueden esperar movimientos políticos extraños que tendrán su correlato en la calle, algo así como sucedió los primeros días posteriores a las PASO.
Ahora, en el último tramo de la campaña vamos a estar expuestos a muchos mensajes, gritos, mentiras, promesas vacías, pero también ilusión. La ilusión de saber que vamos a las urnas nuevamente con cierta esperanza renovada. Lo importante es que equivocada o no la decisión siempre es nuestra, eso nos enseñó estos 40 años de democracia.