El pasado 29 de julio, en el famoso Salón blanco sito en Balcarce 50, escenario de grandes acontecimientos del país, y lugar por el que han desfilado grandes personalidades, el Presidente Alberto Fernández, en un entorno alterado por la pandemia, presentó el tan esperado Proyecto de ley de Reforma del sistema Judicial.
Suceso no menor, y que evidentemente ha causado mucho revuelo, críticas, halagos e incluso hasta cacerolazos. Es moneda corriente en la actualidad de nuestro país hablar de las falencias del sistema Judicial, y todos estamos de acuerdo con que el mismo debe cambiar.
Quizás el entorno hostil en el que nos encontramos, transitando una pandemia mundial, que sin dudas conllevará transformaciones sociales y marcarán un antes y un después en la Argentina y el mundo, sea el momento indicado para efectuarla. Con el siguiente artículo no busco dar una clase de derecho ni mucho menos, por lo que no ahondaré en los cambios que propone tal reforma, pero básicamente la misma busca mejorar el servicio de justicia mediante la unificación y la duplicación de la cantidad de juzgados federales y de la designación de un consejo de ¨Notables¨ para asesorar al Poder Ejecutivo sobre el funcionamiento del sistema entre otras modificaciones.
La polémica de la Reforma recae en principio sobre lo chocante que resulta para un sistema Republicano como el nuestro, que el poder Ejecutivo ¨Meta mano¨ en la Justicia. Haciendo que muchos ciudadanos se sientan avasallados por este accionar, que, sumado a episodios recientes de avances sobre derechos individuales como la libertad de tránsito, el derecho al trabajo, e incluso la propiedad privada (Recientes expropiaciones), tal presentación no caiga del todo bien en ciertos sectores, sobre todo sectores de la oposición.Al mencionar a la oposición, muchos sostuvieron que dicha reforma favorecería al oficialismo, y sobre todo a la actual Vicepresidenta, en las causas por corrupción de las cuales es protagonista. Por lo cual el Presidente Alberto Fernández mencionó que «la totalidad de las investigaciones y juicios en curso quedarán bajo la jurisdicción de los jueces, juezas o tribunales orales que actualmente las estén tramitando».
Lo que de alguna manera hizo caer por el piso las teorías de muchos.Sin dudas la presentación de 49 fojas presentada por el Poder Ejecutivo, se encuentra empapada de buenas intenciones y es algo que debía llevarse a cabo para intentar optimizar los servicios de justicia brindando mayor celeridad a los procesos, los cuales pueden llegar a tener años e incluso décadas hasta obtener una sentencia definitiva. Es preciso aclarar que aún resta la observación del Poder Legislativo, el cual comenzará a tratarlo en los proximos dias, y podrá aprobar, efectuar modificaciones al mismo, e incluso está dentro de sus facutlades la posibilidad de rechazarlo.
Lo que sí sabemos, es que poner a la justicia en materia de discusión habla de la crisis institucional de nuestro País, como así también del sistema Republicano. Debemos recuperar el respeto por las instituciones, terminar con la manipulación o injerencia de un poder sobre el otro y no solo predicar esos valores, sino que también comprometernos a llevarlos como estandarte. Dr. Nicolás López.