El triunfo de la lista corta “Primero San Miguel”, encabezada por Héctor Calvente, reafirmó el poder del intendente. El resultado fortaleció al oficialismo local, pero también dejó señales sobre la participación ciudadana y los desafíos políticos que vienen hacia 2027.
El 7 de septiembre, Méndez logró una victoria clave con una estrategia que apostó por una lista corta y un perfil técnico en la cabeza de la nómina. Calvente, secretario de Seguridad municipal, fue elegido primer concejal tras una campaña centrada en su gestión en materia de prevención del delito, uno de los pilares de la actual administración. El intendente, que decidió no utilizar sellos partidarios tradicionales, logró imponer su propio sello territorial con fuerte arraigo vecinal.
Calvente ya confirmó que asumirá su banca, aunque no se descarta que posteriormente solicite licencia para continuar en la Secretaría de Seguridad, el área que más visibilidad le dio durante la campaña y que fue clave en el discurso oficialista.
Más allá del resultado favorable, el análisis político deja algunas alertas: en 2021 votó cerca del 69% del padrón, mientras que en 2025 la participación bajó al 61%. Esa diferencia, de aproximadamente 15 mil votantes menos, plantea interrogantes sobre el nivel de movilización política en el distrito y sobre cómo impactará en la base electoral del oficialismo de cara a los próximos comicios.
En el escenario provincial, el senador Joaquín de la Torre – figura central de la política sanmiguelina – sorprendió al elogiar públicamente al ministro bonaerense Gabriel Katopodis, candidato de Fuerza Patria, a quien definió como “una buena persona”. El comentario generó lecturas cruzadas dentro del espacio, en un contexto donde Katopodis obtuvo más votos que el primer candidato a concejal de su propio partido en el distrito, Juanjo Castro, mostrando la incidencia de los liderazgos personales.
De cara al futuro, el horizonte político de Jaime Méndez dependerá en buena medida de lo que ocurra en la Legislatura bonaerense. Si se deroga la ley que limita las reelecciones indefinidas de intendentes, el actual jefe comunal tendría una puerta abierta para competir nuevamente en 2027. Si no, el oficialismo deberá encarar un proceso de sucesión interna que preserve el capital político acumulado en estos años.
En ese tablero, no habría que descartar a figuras como Pablo de la Torre, ex secretario de Salud y hermano del senador, ni al propio Joaquín de la Torre, quienes podrían reaparecer en la escena local con aspiraciones renovadas.
Por eso, ahora Méndez disfruta de un respaldo político sólido, un Concejo Deliberante favorable y una gestión con alto nivel de aprobación. Pero en política, dos años pueden ser una eternidad. La clave estará en cómo el oficialismo logre sostener su cohesión y proyectarse en un San Miguel que, una vez más, se consolida en el entramado político del conurbano bonaerense.