Loan no aparece y seguimos en la misma nada

Ya pasó más de un mes desde ese almuerzo en que ya nadie supo más sobre el niño de 5 años. Un entramado de mentiras, acusaciones cruzadas y un desmanejo escandaloso tiene cautiva la verdad sobre el caso.

Seguimos viendo las imágenes de Loan por televisión, la inocencia de un niño de 5 años que solo quiere jugar y divertirse, y no podemos más que sentír angustia, temor e impotencia al ver que poco que hace por su aparición y peor aún, que se dice cualquier cosa con tal de que nada se esclarezca.

¿Qué es lo que esconden los familiares y los implicados en este caso que conmociona al país y que ponen en jaque a la Justicia, la política y la seguridad de la provincia de Corrientes? No lo sabemos, ya que se habla de una red de tratas, pero también se manejan otras hipótesis, aunque ninguna aún con certeza.

El caso sigue siendo tapa en los medios nacionales, a pesar de los tantos otros titulares que pueden ganar ese espacio. Es que la incertidumbre, la necesidad que aparezca y el morbo por este “culebrón” son muy fuertes y mientras haya interés genuino de la población será un asunto que estará siempre presente.

Estos son los sospechosos

Antonio Benítez, el tío del niño, y una pareja de amigos, conformada por Daniel Oscar “Fierrito” Ramírez y Mónica del Carmen Millapi están en la mira de la Justicia. Benítez, trabajador rural y dueño de un perfil en Facebook con varias fotos de niños, salió primero al naranjal al que fueron con Loan en el almuerzo del 13 de junio en casa de su abuela. Luego, arribaron allí Loan y otros chicos del lugar acompañados por Ramírez y su mujer, Millapi, quien relató que ella y su pareja se distrajeron en el campo por un llamado que recibieron sobre la salud de su cuñado internado en la ciudad de Goya. Fue cuando perdieron de vista a Loan, según su testimonio.

El matrimonio Ramírez-Millapi quedó imputado inicialmente por “abandono de persona”, al igual que el tío de Loan. No obstante, la acusación cambió a la de partícipes primarios del delito de trata de personas, ya bajo la órbita de la Justicia Federal. A los hombres los mandaron a una cárcel federal de Salta y a la mujer, a una de Chaco.

Acusados como autores del delito de captación de un menor con fines de trata de personas están la exdirectora de Producción del municipio de 9 de Julio, María Victoria Caillava, y su marido, el capitán de navío retirado Carlos Pérez, quienes habrían secuestrado a Loan para venderlo a un tercero. Hubo allanamientos en la provincia de Chaco y hasta en Paraguay, pero sin elementos de relevancia para la causa y el hilo conductor entre los protagonistas.

El sexto personaje apresado por el caso es el más polémico: el policía Walter Maciel, que estaba a cargo de la comisaría de 9 de Julio y de las primeras horas de la búsqueda. Ya apartado de su cargo, se dio a conocer un historial de denuncias por coimas y hasta de presunto abuso sexual contra la periodista Griselda Blanco, asesinada en 2023. La Justicia cree que Maciel entorpeció la causa y encubrió a parte de los acusados, permitiendo a los presuntos captores zafar de los controles policiales.

El nexo entre el comisario y la funcionaria Caillava se relacionaría al manejo de las partidas de combustible que se entregaban a la comisaría. Se habla de que Maciel tendría una “deuda” con la empleada municipal porque requería muchos más litros que sus antecesores en el cargo. Todo es materia de investigación.

Una incertidumbre

La foto del último almuerzo de Loan fue publicada en redes sociales por la propia tía del niño, Laudelina Peña. Y su sobrina Camila, prima de Loan, se encuentra en la foto, al lado de Millapi.

Laudelina dijo en una declaración que a su sobrino lo pisó el ex marino Carlos Pérez cuando se retiraba del almuerzo en su camioneta Ford Ranger blanca junto a su esposa, la funcionaria Caillava. Señaló que lo cargaron, enterraron el cuerpo del nene y que a ella la amenazaron para que no contara nada. Así que plantó una zapatilla: “Escuché el ruido del choque. También el de la frenada”.

La frase perdió fuerza con la misma contundencia con que la dijo, ya que después la sobrina salió a desmentirla ya decir que había sido sobornada para decirlo. Además, Camila aseguró que su tía “miente” en cuanto al accidente, ya que ambas siempre estuvieron juntas.

Ahora, ¿por qué una funcionaria pública y un capitán de navío retirado estaban en el almuerzo de una anciana y su familia en medio del campo? ¿Por qué Laudelina mintió en su declaración? ¿Para que fueron a buscar naranjas a 600 metros si había un naranjal a 20 metros? ¿Por qué la policía mantuvo en su cargo a un comisario que tiene antecedentes de abuso?

Algunos creen que este caso destapó una olla llena de excremento, sin embargo, pareciera que esto que sabemos hasta el momento solo es la punta del iceberg. Mientras tanto Loan bien gracias.

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