La desgracia del dólar (o el peso)

La volatilidad de la economía es el campo perfecto para los especuladores que desencadenan sus artimañas a sabiendas que no habrá represalias desde el estado.

Y una vez más el dólar (el blue, obviamente) lo volvió a hacer. Se fue por las nubes, casi a 500 pesos llegó, y la paranoia se apoderó de la mayoría, aunque gran parte de los que vivimos en este país en los últimos 23 años sabemos que cada tanto se dan estos sacudones. El problema, si es que hay uno solo, es que son más seguidos.

Si bien el precio del dólar siempre es noticia, la semana pasada pegó un salto tan brusco que nadie lo podía anticipar. Por supuesto, ello generó también suba de precios de consumo de la canasta básica y “tooooodo” lo demás.

Asimismo, otros corrieron a comprar dólares por temor a que este vuelva a subir y para que no se devalúe más y más el poco ahorro en pesos que tienen en casa.

La apreciación del peso argentino es una de las ausencias de políticas del Banco Central, el que tiene como una de sus funciones evitar que la moneda de deprecie. Eso no lo está pudiendo llevar a cabo y lamentablemente el billete nacional tiene muy poco valor. Sobre todo, cuando se toma en cuenta el dólar blue.

El gobierno, por supuesto, siempre busca un enemigo y por eso el presidente Alberto Fernández culpó a la derecha de la suba del dólar, un argumento simplista y que no hace ninguna autocrítica. Claro está que el problema del dólar tiene muchas aristas, por lo que echar la culpa a uno solo parece, por lo menos, injusto y nos subestima como ciudadanos afectados por esta situación.

Ante un estado que parece ausente, “los ratones se divierten”, y lo que hoy vale 100, en unas horas será remarcado. Pero quién controla la suba alocada de precios, quién se encarga de ir contra las famosas “cuevas” donde se venden dólares en el mercado negro, porqué si saben dónde están no hacen nada. En San Miguel, Malvinas y José C. Paz las “cuevas” están identificadas, sin embargo, siguen operando entre gallos y medias noches. A alguien le conviene que esto siga así, sino no hay una explicación más lógica.

Mientras tanto, los comerciantes compran sus mercaderías al dólar oficial, pero luego vender y aplican el dólar del día, y con eso nos referimos al blue. De hecho, hay varios comercios mayoristas que tienen sus productos a precio dólar, pero no el legal.

A río revuelto ganancia de pescadores, dice el refrán. Son pocos los que se benefician con todo esto, pero la gran mayoría tiene que padecer el descontrol de los precios (y con Precios Justos solo no alcanza), la inflación que ya no se soporta, y saber que en el bolsillo donde tenemos la plata tiene un agujero por donde se va perdiendo el dinero.

Hace rato que se viene dando la hora de que es necesario poner un freno a este juego de especulaciones, chicanas e intereses y pensar por una vez en la gente que la está pasando mal. Porque si bien se manejan niveles bajos de desempleo, eso no quiere decir que los trabajos sean de calidad y que estén bien pagos. La gente no llega al 20 de cada mes, es tan simple como eso. 

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