La CGT eligió a un nuevo triunvirato: conducen Jeronimo, Argüello y Sola

Los delegados de la Confederación General del Trabajo (CGT) aprobaron a su nueva conducción en un momento político clave, cuando el presidente Javier Milei se apresta para presentar su reforma laboral. El triunvirato a partir de ahora quedó compuesto por Cristian Jerónimo del sindicato del Vidrio, Jorge Sola del sindicato de Seguro y Octavio Argüello de Camioneros. Horas antes, el gastronómico Luis Barrionuevo no había conseguido imponer su voluntad para que haya un solo secretario general.

La decisión la tomaron unos 2186 delegados de 210 sindicatos reunidos en Obras Sanitarias. El cargo de la Secretaría General adjunto quedó para Andrés Rodríguez, de los estatales de UPCN.

Antes de pasar a votar por el nuevo triunvirato, los delegados descartaron un cambio en el formato de la estructura de la conducción. Un sector interno liderado por Luis Barrionuevo y al que se plegó la UTA y La Fraternidad de Omar Maturano forzó una votación para que primero se defina si en la nueva etapa habrá un secretario general o se repetirá el esquema de un triunvirato para que reemplace al actual. La votación fue a mano alzada y no nominal. Según explicaron fuentes sindicales «la victoria fue abrumadora» a favor de que haya una conducción colegiada.

De esta forma, se abrió el camino para la votación final del nuevo triunvirato cuyos nombres se terminaron de delinear anoche en una mesa chica de la CGT. La nueva conducción quedó conformada por Cristian Jerónimo del sindicato del Vidrio, Jorge Sola del sindicato de Seguro y Octavio Argüello de Camioneros. Este último responde a Hugo Moyano, quien pidió por su continuidad para alcanzar un acuerdo con el resto de la mesa.

Una larga negociación

Los nombres los definieron, además del líder camionero, Gerardo Martínez (UOCRA) y Andrés Rodríguez (UPCN) , quienes están detrás de la postulación de Jerónimo, y otros líderes de poderosos gremios como Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento y CATT), Héctor Daer (Sanidad), Guillermo Moser (Luz y Fuerza), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias) y Armando Cavalieri (Comercio). Los mercantiles que lidera el gremialista de 93 años apodado «El Gitano» es el de mayor peso con más del 20% de los congresales.

En ese encuentro que se dio el martes por la noche se terminó de echar por tierra la posibilidad de que haya una mujer en la conducción como se intentó promover en las últimas semanas. El nombre que reunía mayor consenso era el de la judicial Maia Volcovinsky.

Los primeros nombres que se instalaron fueron los de Jerónimo y Sola, mientras que con el tercer lugar se buscó un equilibrio para dejar satisfechos a todos los sectores. Las mujeres de la CGT pretendieron hasta último momento tener una representación en la conducción. La última en llegar al secretariado general fue Susana Stochero de Sanidad. «No vinimos por la foto, no servimos café, queremos a las compañeras conducir la CGT», cantaron las cientos de trabajadoras de distintos gremios cuando arrancó el acto. Desde el sector de Volcovinsky marcaron a este medio que la intención de que haya una mujer en el triunvirato «no es por cumplir un cupo sino como resultado de un proceso transversal que incluye a mujeres de casi 100 gremios».

En los últimos años, especialmente desde 2021 con la reforma de estatuto que incorporó la paridad de género en la conformación del consejo directivo, comenzó a haber secretarías generales de regionales o de sindicatos ocupadas por mujeres. «Es la prueba de esa construcción transversal y federal. Por eso la presencia de una mujer en triunvirato fortalece ese equilibrio», resaltaron desde la mesa de mujeres.

En el corto plazo, la nueva conducción de la CGT deberá afrontar la reforma laboral que Javier Milei enviará al Congreso para que comience a discutirse en sesiones extraordinarias y que apunta, entre distintos ejes, a la flexibilización de los contratos laborales y a la negociación salarial individual.

El Gobierno busca aprovechar la nueva composición del liderazgo gremial para acelerar una reforma que los sindicatos consideran regresiva. Hasta acá la CGT encabezó tres paros generales en protesta contra el plan económico de Milei y logró congelar en la Justicia parte del DNU 70/23. Desde el gremialismo advierten que no aceptarán que la nueva reforma laboral avance sobre los derechos de los trabajadores y así lo expresó haciendo propio un escrito que presentó Martínez en el Consejo de Mayo que integran también funcionarios del Gobierno, legisladores y y el presidente de la Unión Industrual Argentina (UIA), Martín Rappallini, en representación de las entidades gremiales empresariales. 

La presión de la Casa Rosada sobre los gremios se hará sentir durante la discusión del proyecto. Pese a que el ministro de Salud, Mario Lugones, le informó a un puñado de dirigentes sindicales que se iba a enviar 60 mil millones de pesos a las obras sociales con mayor número de afiliados, los fondos por el momento permanecen congelados.

Pese a las tensiones, la CGT avanzó con la renovación de autoridades en unidad aunque con predominancia de las vertientes internas de «los gordos» y «los independientes» por sobre Barrionuevo y sus aliados. Resta saber si los nuevos líderes tendrán protagonismo en las próximas semanas en la discusión que impondrá el Gobierno y qué capacidad tendrán para imponer

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