En junio deben presentarse los pre candidatos, pero aún no hay ninguna certeza, solo que se pelean entre sí en el Frente de Todos y en Juntos. Los Libertarios aparecen como tercera opción y quieren ser sorpresa. Pero ninguno dice cómo va a solucionar problemas como la inflación o la inseguridad.
Ya queda poco tiempo para que se cumpla el plazo para inscribir las alianzas electorales entre partidos, pero aún en este punto del año los dos partidos más representativos siguen discutiendo hacia su propio interior, sacando los trapitos al sol en esta riña habitual antes de poder definir a los pre candidatos para las PASO o la lista de unidad, en el mejor de los casos.
Mientras la política debate con sus «presiden-ciables», la fecha límite para inscribir los frentes electorales es el 14 de junio; luego, el 24 de junio (50 días antes de los comicios) deberán presentar las listas de precandidatos. Recordemos que las PASO deben realizarse, según la Ley 26.571, el segundo domingo de agosto. En este caso, el 13 de agosto próximo. En tanto, el Código Electoral Nacional ordena que las elecciones generales se celebren el cuarto domingo de octubre, por lo que este año serán el 22 de ese mes.
Pero la fuerte interna que se da dentro del Peronismo y de Juntos por el Cambio hace que todavía se esté debatiendo de otra cosa y no de candidatos. En el oficialismo, sobre todo, se da una particularidad inesperada donde el mandatario nacional, Alberto Fernández, aún no confirma si se postula para reelegir en el cargo. Lo tienen muy ocupado tratando de solucionar otras cuestiones como la economía o el narcotráfico en Rosario. Además, la artillería dialéctica es mucho más fuerte con sus pares del Frente de Todos que con la propia oposición ya que casi todos los días el Cuervo Larroque, desde La Cámpora, o Juan Grabois, desde las organizaciones sociales, salen a pegarle duro.
Muy distinto sería el panorama si Cristina Fernández se postulara. Allí no habría discusiones ni tantos candidatos. Eso dependerá de que la Justicia la habilite a participar, a que se genere un clamor popular y a que ella acepte ese clamor. Aunque es difícil que vuelva atrás sobre una decisión ya tomada de no ser candidata a nada. Y así no fuera a participar del comicio, la palabra de autoridad como conductora del espacio será determinante en la decisión final.
Tampoco habrá que olvidar a Daniel Scioli, quien ya salió con carteles en el centro porteño con la frase «Contá con nosotros», firmada por la «Juan Domingo» que le da continuidad a su carta abierta del 21 del mes pasado. Recordemos que, en 2015, si bien perdió contra Mauricio Macri fue por poco margen.
Sergio Massa, a quien se lo quiere destacar por su gestión al frente del Ministerio de Economía, es otro de los presidenciables más allá de que no sea del agrado de Cristina Fernández.
También se habla del ministro del Interior y Justicia de la Nación, Wado de Pedro, del ex gobernador de Chaco, Jorge Capitanich y del ex Jefe de Gabinete, Juan Manzur.
En Juntos por el Cambio, la indefinición de Macri provoca que se dilate saber quién irá a las presidenciales. Hacia adentro se sacan chispas entre la titular del PRO, Patricia Bullrich y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta; un poco más atrás en esa movida aparece la diputada nacional, María Eugenia Vidal, también con aspiraciones.
En tanto, el radicalismo también pide pista con el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, con el diputado Facundo Manes y con el ex gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo.
Finalmente, quien quiere dar la sorpresa en un rio revuelto como este es el diputado nacional, Javier Milei, con el partido Libertario. Por ahora es el tercero en discordia, pero apunta a un balotagge. Es el candidato emergente en un panorama de disconformidad casi absoluta del electorado con el oficialismo y la oposición.
Más allá de las internas, de los cruces que hay entre pre candidatos, y de que no esté todo definido, hay que remarcar que ninguno de los nombres que está en danza plantea cómo va a terminar con problemas crónicos y preocupantes del país, como ser la inflación y la inseguridad. Por ahora son solo slogans y buenas intenciones.