A 30 años, La trama detrás de la división del Partido de General Sarmiento

En lo que fue una lucha que comenzó a mediados de la década del 60, la creación de los tres distritos estuvo marcada por una decisión política clave, distinta a la que tenían los impulsores del proyecto.

El 20 de octubre de 1994, la Provincia de Buenos Aires experimentó una de las transformaciones más significativas en su estructura territorial con la sanción de la Ley N° 11.551, que ordenó la división del histórico Partido de General Sarmiento. Este proceso dio lugar a tres nuevos municipios: San Miguel, José C. Paz y Malvinas Argentinas. Esa idea de reconfiguración territorial buscaba una mejor administración y la descentralización de los servicios en una de las áreas más pobladas del conurbano bonaerense; pero lo concretado en la realidad no fue parejo para todos los distritos y tampoco respetaba la idea original de los pioneros de esta división.

Fragmentar el viejo General Sarmiento no surgió de un día para el otro. Vecinos y actores políticos, especialmente en José C. Paz, impulsaron la iniciativa durante décadas, buscando mejorar la gestión pública y optimizar la inversión en infraestructura. Como recuerda Agustín López, que retomó el proyecto en los ‘80 -hoy es director general de Vivienda de José C. Paz-, “varios vecinos paceños queríamos asumir responsabilidades”. Pero antes de ellos, en la década del 60, figuras de la política como Remigio López, entre otros, ya habían formado una comisión para proponer la división. Sin embargo, “en esa comisión la carpeta que se armó quedó en el tiempo, no prosperó”, comentó López sobre los esfuerzos iniciales.

Para principios de los años 80, más precisamente con el advenimiento de la democracia, Agustín López recuerda que se encontró con esos documentos de división y que retomaron las reuniones en una nueva comisión con vecinos de José C. Paz, entre los que había comerciantes, políticos y representantes de entidades intermedias, entre otros.

“Queríamos ver el efecto que producía esta comisión con las autoridades de la provincia, pero desde la democracia hasta la llegada de Eduardo Duhalde, pasaron varios gobernadores que no les importó nada la división de General Sarmiento. A todo esto, pasamos mil vicisitudes”, afirmó.

Una división y una decisión política

La división de General Sarmiento iba a ser en dos, San Miguel y José C. Paz. El expediente entró en la Legislatura Bonaerense, pasó por comisiones y se estancó hasta que apareció el diputado Juan Carlos Denuchi (referente histórico de José C. Paz) que reflotó el expediente, se le dio tratamiento nuevamente y comenzó con mejores ánimos esa posibilidad de división, ya con Duhalde gobernador. “Pero aparece como una fuerza avasallante la llamada línea Belgrano, que hasta el momento no les había importado la división del distrito”, recuerda López. De a poco y con la aparición del proyecto Génesis 2000 (que proponía también dividir el partido de Morón y el de Esteban Echeverría), encabezado por Alberto Pierri y apadrinado por Duahlde, esta posibilidad de hacer tres distritos comienza a forjarse. Con el paso de las semanas se produjo un hecho que quedó grabada, con sabor agridulce, en la memoria de López: “Después de varias reuniones en La Plata, nos citan una noche a la Casa de la Provincia en CABA y, ante la sorpresa general, nos encontramos con un montón de vecinos paceños, como Rubén Caporaletti, Arredonda, también estaba Pierri y gente de la línea Belgrano. Pasmos a una oficina muy grande y ahí vemos, contra la pared, un mapa de General Sarmiento dividido en tres. Entonces quedamos asombrados porque José C. Paz estaba dividido solo por la ruta 8 y el límite natural dividido por Rivadavia -hoy Arricau- y Moreno. Y Malvinas tenía un potencial fabril fantástico, límite con Tigre, Escobar, Pilar y San Miguel. Y éste último que quedaba con su estructura primaria, su comercio, no le faltaba nada. El más perjudicado era José C. Paz”, aseguró.

Estaban consiguiendo la ansiada división, pero esa partición no favorecia a los paceños. Era claro que, por los actores intervinientes y la coyuntura política, la decisión fue meramente con intencionalidad política, alejada de la opinión y consulta de la Comisión. Además, no tenían opción.

“Para nosotros fue una desazón muy grande porque nos parecía injusto totalmente. Además, algunas pocas industrias que había en José C. Paz se fueron todas. Nos quedamos sin nada. Se tenía que construir un municipio de cero porque no teníamos industria, ni comercio, ni hospitales. Era difícil. También faltaba dialogo con la gente que supuestamente aparecía en Malvinas Argentinas, como Jesús Cariglino, o con Rubén Glaría en José C. Paz o con José De Luca en San Miguel”, recordó aquellas sensaciones López.

El olvido y la identidad

Compartimos la primera vez que a López da una entrevista explicando los pormenores de un hito que marcó la vida de miles de vecinos de la región. Es como si todo el esfuerzo que pusieron, los madrugones para infinidad de reuniones en La Plata, la consulta con profesionales, el trabajo persuasivo para convencer a propios y extraños, nunca hubiese pasado. Por eso, se trasluce su dolor cuando asegura que “en ningún lado hay un recordatorio de la comisión que logró la división. En la Plaza Belgrano de José C. Paz había una placa, pero ahora desapareció. No existe el nombre de la primera comisión que logró la división del distrito de General Sarmiento y eso duele muchísimo”.

Sin embargo, la división del Partido de General Sarmiento también trajo consigo beneficios en términos de desarrollo local al descomprimir la administración centralizada, los tres nuevos municipios pudieron planificar políticas públicas más ajustadas a las necesidades de sus habitantes. Esto se tradujo en mejoras en servicios públicos, mayor inversión en educación, salud e infraestructura y la posibilidad de implementar políticas locales que fomentaron el desarrollo de cada partido de manera diferenciada.

Nada de ello fue sencillo. La transición hacia tres nuevos municipios conllevó desafíos en términos de reordenamiento administrativo y financiero. La falta de recursos inicial y los problemas estructurales de cada partido exigieron políticas a largo plazo y una adecuada planificación para garantizar el bienestar de sus habitantes.

No escapa que hoy, a 30 años de la sanción de la Ley N° 11.551, los vecinos de San Miguel, José C. Paz y Malvinas Argentinas han logrado consolidar sus identidades propias. Cada municipio ha sabido construir su impronta, desarrollándose de acuerdo con sus particularidades geográficas, sociales y económicas. Sólo debe consolidar el recuerdo de lo protagonistas que forjaron su pasado.

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