A través del proyecto “Estudio San Miguel”, se busca preservar fotografías, testimonios y recuerdos de un estudio que marcó la vida de vecinos, cineastas y trabajadores locales, y que hoy recibe el reconocimiento de interés municipal.
Hace más de diez años, Ezequiel Vique comenzó una investigación que lo llevó a descubrir un tesoro oculto en bibliotecas y archivos: fotografías, documentos y relatos sobre los históricos Estudios San Miguel. Ubicados en Bella Vista, estos estudios fueron durante décadas uno de los más importantes y mejor equipados de Sudamérica, dejando una huella imborrable en la vida de muchos vecinos y vecinas de la zona.
“El estudio no solo marcó nuestra localidad, sino que también dio trabajo y oportunidades a innumerables personas. Creció junto a la comunidad y formó parte de la historia del cine argentino”, señala Vique.
El proyecto “Estudio San Miguel” busca contactar a vecinos, familiares y cinéfilos para recopilar fotografías y testimonios de quienes trabajaron en los estudios o vivieron de cerca aquella época. La idea es conservar y difundir este patrimonio como parte del archivo histórico de San Miguel.
Hoy solo quedan cuatro de las casas originales de los estudios, que se utilizaban para alojar a actores y personal durante las filmaciones de largas producciones. Para Vique, la pasión por este legado comenzó desde su infancia: “Desde muy chico escuchaba anécdotas familiares sobre películas que se filmaban en la casa de mi abuela, en parte del terreno de los estudios. Ahí nació mi interés por el cine”.
Recientemente, los Estudios San Miguel recibieron el reconocimiento de interés municipal, un homenaje que Vique y los involucrados en el proyecto celebran con entusiasmo. “Estamos muy contentos de que nuestra historia sea valorada y que podamos mantener viva la memoria de esa época”, concluye.