El fatal accidente que terminó con la vida de un matrimonio sigue generando conmoción. Tres chicos quedaron huérfanos tras el choque provocado por un conductor que circulaba a 160 km/h. Un reclamo de justicia y reflexión sobre la responsabilidad al volante.
El impacto fue tan brutal que no sólo destrozó un auto, destruyó una familia. Enzo y Eliana Benítez viajaban con sus tres hijos en su Renault 12 cuando fueron embestidos por una camioneta que circulaba a altísima velocidad. Los padres murieron en el acto. Los chicos sobrevivieron, aunque la mayor, de 14 años, continúa internada en el Hospital Garrahan, mientras sus hermanos menores ya fueron dados de alta. Detrás de la tragedia quedó el dolor inconmensurable de una infancia atravesada por la pérdida.
Los Benítez eran una familia trabajadora. En el techo del auto llevaban herramientas y materiales que usaban a diario, reflejo de una vida sencilla y de esfuerzo. Esa noche, sólo intentaban cruzar la ruta 197, como tantas otras veces. Pero la imprudencia ajena les arrebató todo. El joven conductor de la camioneta, Michael Jean Carballo, de 23 años, fue detenido y enfrenta cargos por doble homicidio culposo agravado y lesiones. Los peritajes determinaron que iba a 160 kilómetros por hora, una velocidad inconcebible en una zona urbana.

El caso conmovió a todo el país y volvió a poner en el centro del debate un problema que parece repetirse sin pausa: la falta de conciencia vial. No se trata solo de una infracción o de una sanción judicial. Se trata de vidas. De niños que crecen sin sus padres. De familias que ya no se recuperan. Cada vez que alguien decide acelerar más allá de lo permitido, ignora que una mala decisión puede convertir un camino cotidiano en una tragedia irreparable.
En tanto, la investigación sigue su curso, mientras la comunidad de José C. Paz aún intenta asimilar el golpe. Este hecho, como tantos otros, obliga a reflexionar sobre la responsabilidad que implica conducir y sobre el compromiso que deben asumir tanto los conductores como las autoridades. Porque ninguna pericia ni sentencia devolverá lo que se perdió, pero sí puede evitar que vuelva a suceder.
La declaración del acusado y la investigación judicial
Durante su declaración ante la fiscal Ana De Leo, Carballo sostuvo que circulaba “a baja velocidad” y que el Renault 12 “se cruzó de repente”. Sin embargo, las pericias desmintieron esa versión y confirmaron que el vehículo se desplazaba a 160 km/h. El test de alcoholemia dio negativo, aunque aún se esperan los resultados toxicológicos para determinar si había consumido alguna sustancia.
Los abogados del joven insisten en que la familia habría cruzado de manera imprudente, mientras la justicia avanza con la imputación y las pericias complementarias. Más allá de la discusión técnica, el hecho dejó una marca imborrable: tres hijos que deberán aprender a seguir adelante sin sus padres y una comunidad que no quiere que esta tragedia se repita.
Polémicas declaraciones del abogado
Por otro lado, el abogado de Michael Carballo, Juan Carlos Osorio, difundió un comunicado en el que sostuvo que las víctimas “ (Diario Efecto)se cruzaron de manera imprevista”, responsabilizándolas por el accidente. El defensor aseguró que su cliente “circulaba por la avenida 197 con todas las precauciones del caso y no a alta velocidad, como se rumorea”, y que el Renault 12 “se interpuso en el paso de la camioneta desencadenando el fatal hecho”.
Osorio también aclaró que Carballo posee licencia de conducir desde hace seis años y negó que tenga vínculos con empresarios o dirigentes políticos locales. En respuesta a versiones que lo señalaban como allegado al dueño del boliche Tornado, el abogado remarcó que “no es familiar ni allegado de ningún político, ni hijo del propietario de ningún local bailable”.
Respecto a los controles realizados, el letrado indicó que el test de alcoholemia dio negativo y que el joven accedió voluntariamente a estudios toxicológicos “para descartar cualquier consumo de sustancias”. Sin embargo, los resultados periciales sobre la velocidad del vehículo contrastan con esa versión y mantienen la acusación por homicidio culposo agravado y lesiones culposas agravadas contra Carballo, que continúa detenido mientras la fiscalía avanza con las pruebas finales.