Motosierra: Muerto el perro…

El cierre de Télam parece responder a ese dicho popular. Lo cierto es que no se termina con una ideología con el famoso “afuera”. El derecho a la información oficial debe garantizarse en cualquier gobierno.

El gobierno nacional dio curso a lo anunciado por el presidente Javier Milei, el día viernes en la Apertura de Sesiones Ordinarias del Congreso Nacional, en las que afirmó que la agencia nacional de noticias Télam, fundada el 14 de abril de 1945, deja de funcionar.

En su habitual conferencia de prensa, el vocero presidencial, Manuel Adorni, aseguró que la agencia de noticias registraba pérdidas de $20 mil millones anuales. “Esta decisión no tiene nada que ver con el pluralismo de la información ni con cuestiones vinculadas a la libertad de prensa. Esto es cumplir con lo que el Presidente prometió en campaña”, desarrolló Adorni.

El funcionario informó que esta semana explicarán cómo se instrumentará el cierre de la agencia de noticias y cuál será el futuro de sus 700 trabajadores.

Dicen por ahí que para terminar con la rabia hay que matar al perro, y ese parece ser el punto de partida del gobierno, por lo menos en lo que a Télam respecta.

Nada justifica su cierre. Que tenga una pérdida millonaria no es motivo para terminar con un servicio esencial como es el acceso a la información, tanto de la población como la de muchos medios del interior del país que se nutren de los cables de noticias de Télam para poder informar. En todo caso hay que ser más creativos para bajar costos o para hacer que el erario público no sea quien “pague la olla”. La falta de imaginación es llamativa y la motosierra está a full.

Nada justifica su cierre. La ideología que tienen sus empelados tampoco puede ser motivo suficiente para dar por terminada con una empresa del estado tan representativa. Después de todo el nuevo gobierno bajará su línea de pensamiento y los empleados no alineados tendrán la opción de no trabajar con un gobierno que no representa sus valores o la de continuar de todos modos ya que hay que llevar plata a casa fin de mes.

Nada justifica su cierre. No se puede privar al pueblo de la comunicación oficial del gobierno nacional. La democracia exige que las acciones de gobierno sean publicadas, no solo en un boletín oficial. Y el país necesita comunicarse con el exterior a través de su agencia de noticias.

Nada justifica su cierre. Ni siquiera que la agencia haya sido manejada como una trinchera partidaria. Son cuestiones que se pueden regular de otro modo y evitar una especie de “comité” o una “unidad básica”, pero la falta de creatividad está a la orden del día.

Tampoco darle cierre a esta empresa estatal moverá el amperímetro en cuestiones económicas, es decir no van a repercutir en la macroeconomía de un país. Tampoco la gente se beneficia con su cierre.

Los tiempos que corren parece que van a requerir ajustarse más de la cuenta el cinturón, y nadie (claramente algunos sí) está exento de esta crisis que atraviesa el país acompañada de una política neoliberal a ultranza. Alguna vez Joseph-Marie, teórico político, y máximo representante del pensamiento reaccionario, en los albores de la Revolución Francesa, dijo que “cada pueblo tiene el gobierno que se merece”. ¿Será que nos merecimos todos estos gobiernos que fueron destruyendo poco a poco a la república?

Muerto el perro…

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