Se realiza en uno de los boliches de Tribulato en San Miguel. Desde hace casi un mes la gente hace cola durante horas para llevarse dinero digital que pueden canjear luego a pesos a personas ajenas a la empresa organizadora. Todo sin un claro objetivo final.
Desde mediados de diciembre se observan largas filas en el boliche Club Zone de San Miguel, donde vecinos en su gran mayoría de escasos recursos, dejan sus datos personales a cambio de criptomonedas.
Desde temprano en la mañana y durante todo el día se observa la fila que no mengua con el calor, en algunos casos familias enteras con niños pequeños que intentan guarecerse a la sombra que encuentren mientras un miembro del clan guarda el lugar en la cola.
«Te escanean el iris y tenes que dejar tus datos», dijo una persona que esperaba para pasar. Pero no dicen nada más. No saben nada más.
El personal de seguridad de la puerta, que intenta mantener el orden del ingreso, asegura que no está autorizado a dar detalles. Todo es a un medio hermetismo que da para muchas dudas y que no encuentra respuestas en persona alguna responsable en el interior del lugar que quiera evacuarlas…
Dicen, también los que hacen la fila con cierto entusiasmo, que pagan en criptomonedas que se acreditan en alguna billetera virtual y por eso se los ve con el teléfono celular completando alguna “app” para poner en funcionamiento y recibir correctamente esa divisa.
Luego, al concluir el trámite en el interior del complejo bailable, quien entregó los datos de su iris en el interior y cobró criptomonedas, en la vereda es abordado por otros que le ofrecen pagar, entre 20 y 30 mil pesos por las mismas.
Así, con ese dinero, la mayoría sale de comprar para completar la canasta básica para la que cualquier alternativa u oportunidad se torna necesaria ante el contexto inflacionario actual.
¿Qué se sabe?
Poco. Es la verdad y el gobierno, a paso lento, empezó a hacer las preguntas de rigor.
Por lo que pudo rastrear esta redacción, esto sucede desde hace unos meses en otros lugares del país, como en el caso del boliche Pinar de Rocha en el oeste -también- del conurbano bonaerense, y donde allí tuvo repercusión a nivel nacional.
La Agencia de Acceso a la Información Pública (AAIP), es la que realiza una investigación desde agosto de 2023, y le solicitó a la compañía extranjera que aporte más documentación sobre sus operaciones para determinar si hubo violaciones la Ley 25.326 de Protección de Datos Personales. Además, conformó con otros países un Grupo de Trabajo sobre la actividad de la empresa en el marco de la Red Iberoamericana de Protección de Datos (RIPD).
La empresa extranjera investigada que lleva a cabo esta actividad es Worldcoin y la que no se pronuncia sobre los fines de la iniciativa y el uso de los datos obtenidos. Solo se limitan a decir que son respetuosos de los datos personales, y que respetan la privacidad.
Hasta el momento, el gobierno Nacional a través de la agencia, pudo informar que WorldCoin es una compañía internacional que se presenta a sí misma como una organización sin fines de lucro, radicada en las Islas Caimán. Según su sitio web oficial, su objetivo es “crear instituciones de gobernanza y de economía digital global más inclusivas y equitativas”.
Tal como se observó en distintos puntos del país en diciembre a través de varias coberturas periodísticas, la empresa realiza un escaneo facial y del iris de las personas para generar una «Identidad Digital única a nivel mundial» (conocida como World ID), la cual les permitiría acceder a una moneda digital (World Coin) a través de una aplicación, denominada World App.
Lo cierto es que al parecer se trata una forma masiva de introducir al público general en el mundo de las criptomonedas, a través de una forma fácil e inviolable de identificación, como es el escaneo del iris, ya que no puede ser cambiado y es original en cada ser humano.
Diversas publicaciones especializadas en criptodivisas sugieren que es una nueva forma de identificación, inviolable, y que será común en un futuro.
Quizás el escaneo del iris a distancia, sea nuestro próximo documento universal de identidad y que sea la llave para entrar por cualquier sistema de seguridad, sean bancos, cuentas, tarjetas de crédito, empresas, documentación oficial, etc. Pero, por el momento, la utilización de esa información sigue siendo una incógnita.