Femicidio Objetivo, mujeres: la muerte en manos machistas

Es lamentable la cantidad de casos que se registran de asesinatos a mujeres incurridos por femicidas. Es un mal que viene desde hace décadas mientras se realizan campañas de concientización que no alcanzan. La educación con perspectiva de género aún no genera el impacto deseado en la sociedad.

La violencia contra las mujeres de parte de los hombres ha sido una constante a lo largo de la historia. La diferencia es que ahora los asesinatos se catalogan bajo la denominación de “femicidio” y ello conlleva otra figura para el derecho penal a la hora de encarar una causa y un juicio.

Esta distinción hace que se visibilice mucho más este gran problema que tiene toda la sociedad, pero sobre todo las mujeres que son las principales víctimas de esos asesinos que se creen dueños de una persona y que si no pueden tenerla las golpean, las violan y las matan.

Quien escribe recuerda, en estas cuatro décadas, como uno de los casos más resonantes el que protagonizaron el ex boxeador Carlos Monzón y Alicia Muñiz, cuando el primero la tiró por un balcón quitándole la vida. O lo que fue la gran conmoción nacional por el asesinato de María Soledad Morales en un hecho donde hasta la política que conducía la provincia de Tucumán de ese entonces se vio directamente involucrada. Y a nivel internacional aún queda en el registro mental esa persecución al auto que manejaba O. J. Simpson luego de asesinar a su ex esposa y un amigo de ella (en un juicio penal lo encontraron “no culpable” pero en uno civil lo declararon “responsable”)

Desde estos casos en adelante, la mediatización de los asesinatos contra mujeres se ha ido repitiendo. Recordemos el caso Candela, la niña que fue enterrada en un terreno baldío. Ángeles Rawson también resonó mucho en los medios de comunicación y así podríamos seguir con la lista que es interminable. El último que trascendió es el caso de Úrsula en Rojas.

Por suerte la sociedad de hoy no es la misma que la de antes con respecto a los crímenes contra mujeres. Desde hace unos años ha ganado mucho terreno el movimiento #NiUnaMenos y #VivasNosQueremos, entre otros hashtags, por lo que está problemática se hizo al lenguaje cotidiano de todos. También se sumó un número telefónico (144) para hacer denuncias de violencia de género, algunos municipios (como Malvinas Argentinas) tienen casas de resguardo para víctimas de violencia machista y hasta el gobierno nacional tiene un ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad.

¿Se realizan campañas de concientización para la eliminación de todo tipo de violencia contra la mujer? Sí, se realizan. ¿Se habla en los medios de los femicidios? Sí, se habla. ¿Qué es lo que falla entonces? A groso modo me animaría a decir que falta tener una educación con perspectiva de género desde bien pequeños para que, las nuevas generaciones, ya tengan incorporado el hecho de tratar a la mujer como un par con derechos y obligaciones como todos. También tendría que haber capacitaciones de ese tipo en los trabajos, sobre todo de la administración pública. Por otro lado, la Justicia creo que es indispensable para dejar de tratar a los femicidas como carmelitas descalzas y aplicarles condenas ejemplares; porque muchos casos se dan luego de que los dejan en libertad sin cumplir condena o porque las denuncias que realizan las mujeres contra sus agresores pasan sin pena ni gloria y luego terminan asesinadas.

La verdad es que mientras estoy escribiendo estas líneas es probable que una mujer sea asesinada. La estadística dice que en lo que va de 2021, una mujer muere a manos de un hombre cada 22 horas. Es escalofriante esa cifra. Es hora de tomar acciones más contundentes para que de una vez por todas se vean mejores resultados, las mujeres no pueden esperar.

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