El número de infectados no deja de crecer

A seis meses de la cuarentena, la cantidad de personas que contrajo COVID-19 sigue el ritmo que tiene la provincia de Buenos Aires. Más de 7 mil infectados por distrito en la región.

Desde el 20 de marzo empezamos a mirar con detenimiento y preocupación las estadísticas sobre los primeros contagios de coronavirus en la región del ex General Sarmiento. Y cuando empezamos a ver que los primeros infectados iban apareciendo en los “estados de situación” de los municipios entró el temor. Estábamos a la espera del primer fallecido y, como era lógico, llegó. Y con él todos los que vinieron en los meses sucesivos.

De la preocupación y el miedo pasamos a naturalizar los números de infectados y de decesos. Y veíamos que si los datos de la provincia de Buenos Aires crecían, también sucedía lo mismo en nuestros distritos. Se superaban las barreras; primero fue la de mil infectados, luego la de cinco mil. Y ahora vamos pasando los 7 mil positivos de COVID-19 en cada municipio (Malvinas Argentinas, José C. Paz y San Miguel) con alrededor de 200 personas fallecidas en cada uno.

¿Podemos platear un escenario optimista y pensar que van a disminuir los casos? Seguramente habrá razones para decir que sí. Sin embargo, nos hace dudar que ello ocurra en lo inmediato. Y motivos sobran. Al cambiar de fase se dejaron atrás los controles estrictos de ingreso a los distritos, se permitió abrir varias actividades comerciales, la gente volvió a ganar las plazas y los lugares abiertos, etc.

Es que existe una realidad. Seis meses de cuarentena no son fáciles de sobrellevar, por lo que es necesario y casi hasta inevitable permitir que la gente saliera de sus casas para distenderse. La angustia que le provoca el encierro a algunas personas y la imposibilidad de no hacer lo que antes hacían, se va liberando con una caminata por el barrio, con el sentarse en el pasto a tomar sol o merendar en familia, o con la posibilidad de ir a hacer las compras. La nueva fase de la cuarentena permite eso pero, claro está, el riesgo de contagio sigue firme como el primer día. Cuidarse y cuidar al otro depende de uno mismo.

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